La revolución industrial: beneficios que aún disfrutamos hoy en día
Existen eventos que han ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad que suponen un antes y un después en el desarrollo del mundo.
Uno de los más importantes ha sido sin duda la Revolución Industrial. Cuando comenzó a gestarse en el Reino Unido a finales del siglo XVIII pocos pudieron adivinar que sería el germen del sistema de producción y consumo que disfrutamos hoy en día.
La revolución industrial, ocurrida entre 1760 y 1840, modificó para siempre la forma de vida y de trabajar de los británicos y pronto este desarrollo se extendió a otros países del mundo. La Revolución Industrial nos trajo consigo un buen número de beneficios que hoy disfrutamos todavía. Las consecuencias de la Revolución Industrial son palpables en la actualidad y han experimentado grandes transformaciones.
Pero, ¿cuáles han sido sus principales consecuencias?
Entre las consecuencias de la revolución industrial que disfrutamos hoy en día destacamos las que se muestran a continuación.
El sistema de transporte
El transporte fue uno de los grandes beneficiados en la revolución industrial. El nacimiento del ferrocarril o el barco de vapor revolucionaron la forma hasta entonces conocida de desplazarse a través de tierra o en el mar. James Watt fue el principal artífice de este cambio con la invención de la máquina de vapor, que sería el germen de lo que más tarde serían los motores de combustión. Más tarde surgirían los primeros vehículos y las ciudades comenzaron a dejar atrás los coches de caballos y el uso de animales como carga.
La medicina moderna
La evolución de la medicina estaba prácticamente estancada desde la Edad Media en Europa y la Revolución Industrial supuso un gran cambio de paradigma. La ciencia y la razón desafiaron al orden establecido y comenzaron a realizarse los primeros ensayos clínicos para crear vacunas como la viruela, surgió el estetoscopio o se descubrió que existía la posibilidad de prevenir el escorbuto. Avance tras avance permitió la prolongación de la esperanza de vida, que entonces rondaba los 36 años de promedio.
La electricidad
En la Revolución Industrial quedó patente la necesidad de crear nuevas fuentes de energía más allá del carbón para incrementar la capacidad industrial y de producción. Con el nacimiento de la electricidad y la invención de la bombilla el mundo cambiaría para siempre y pronto se comenzaron a iluminar las calles y las viviendas en la Inglaterra del siglo XIX.
La vida urbana
La Revolución Industrial no solo trajo cambios que se mantienen en la actualidad en el sistema de producción de bienes sino en la vida urbana. Los hogares cambiaron para siempre y la vida doméstica experimentó una clara mejora. La calidad de vida comenzó a mejorar en las ciudades y miles de ciudadanos procedentes de entornos agrícolas emigraban a las ciudades con la esperanza de mejorar sus expectativas de vida. Esto provocó un crecimiento nunca antes visto en las principales capitales y comenzó el mayor proceso de urbanización de la historia hasta la actualidad.
Elementos materiales
Una de las consecuencias de la revolución industrial fue la abundancia de elementos materiales. Esta época fue la edad dorada de los inventores pues se comenzaba a fabricar prácticamente de todo. Comida en lata, juegos para niños, utensilios domésticos, prendas más asequibles…en definitiva, el comienzo de una etapa de consumo de masas que hoy en día perdura y que constituye una pieza fundamental de nuestro sistema económico.
Nacimiento de la clase media
Con la revolución industrial comenzó a gestarse el nacimiento de la clase media. Hasta entonces la sociedad estaba muy dividida entre los grandes terratenientes y la nobleza, por un lado; y la gran masa social de asalariados y jornaleros de escasos recursos. A partir de la Revolución Industrial una clase pujante de industriales, inventores, profesionales técnicos y del ámbito administrativo y funcionarial fue ganando importancia en la estructura social. Hoy en día la clase media constituye la mayoría de la población y eso es posible gracias a la Revolución Industrial.
Estas son algunas de las consecuencias de la revolución industrial que todavía tienen su importancia en nuestro día a día, tanto a nivel económico como social. Y es que sin la Revolución Industrial el mundo actual no sería tal y como lo conocemos.
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