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En el Mundial que más importa, México va perdiendo

En este complejo año electoral, más valdría que promoviéramos una conversación pública sobre los problemas más graves del país. Aquí, un diagnóstico sobre nuestra (deprimente) competitividad como nación.




competitividad nacional
Shutterstock
9 febrero, 2018

El 1 de julio de 2018 se llevarán a cabo las elecciones para elegir al nuevo presidente de México. El candidato ganador se enfrentará al coctel más difícil de tragar de las últimas décadas: corrupción, impunidad, inseguridad, deficiencias en los sistemas de salud, educación y pensiones, entre otros ingredientes que cercenan el potencial económico del país. Si bien las campañas de los partidos políticos, en México y el mundo, no se caracterizan por la profundidad de sus argumentos o el detalle de sus diagnósticos, un sector influyente de la intelligentsia y de la sociedad civil ha iniciado ya su muy particular campaña en año electoral. Lo ha hecho con la publicación del famoso ICI, o Índice de Competitividad Internacional 2017. Memorándum para el presidente (2018-2024), el informe de referencia del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

El índice es lapidario, porque mide la capacidad de 43 de las economías más importantes del mundo para generar, atraer y retener talento e inversión. Ese aspecto es más sensacionalista, por así decirlo. En una competencia estrecha, está compuesto por 129 indicadores, categorizados en 10 subíndices (medio ambiente, sistema de derecho, economía, gobierno…) que evalúan distintas dimensiones de la competitividad. Incluye también una agenda expresada a través de 20 ensayos con diagnósticos y recomendaciones políticas, la mayoría elocuentes y nada temerosas de romper una lanza. Por ejemplo, Juan Pardinas, director general del IMCO, opina que en la primera mitad de la administración actual se llevó a cabo una importante secuencia de reformas, y que el camino avanzado debería profundizarse.

México, ya se ve, está en el lugar 36 de las 43 economías de este índice. Decepcionante. Preocupante. Por cierto: en la propia selección de esos 43 ya se ejerce un criterio muy propio del IMCO. No es una lista del Banco Mundial o del Foro Económico Mundial; se trata, sin demasiado truco, de los 43 países con los que México compite directamente por consumidores, mercados (el estadounidense, por encima de cualquier otro) e inversiones y que cuentan con fuentes primarias de información disponibles. Por eso hay ausencias que parecerían extrañas, como Venezuela y Bolivia, e inclusiones notorias, como Nigeria e Indonesia. Veamos:

Estos son los 10 países más competitivos del mundo (con el lugar que ocupan en el ranking): 1 Noruega. 2 Suiza. 3 Suecia. 4 Irlanda. 5 Canadá. 6 Dinamarca. 7 Finlandia. 8 Japón. 9 Australia. 10 Reino Unido. ¿Cómo es que Noruega encabeza la lista? Lo hace porque se encuentra entre los mejores tres países en seis de los 10 subíndices (como explicamos más arriba). Obtiene el primer lugar en Ambiente y Sociedad y el segundo en el rubro de Derecho, Político y Gobierno.

… Y estos son los países menos competitivos del mundo: 43 Nigeria 42 India 41 Guatemala 40 Indonesia 39 Sudáfrica 38 Argentina 37 Rusia 36 México 35 Turquía 34 Colombia. La cruda realidad: nuestro país es menos competitivo que Panamá, Costa Rica, Perú o Grecia. Subimos un lugar con respecto a 2015, pero no nos hemos recuperado de la caída de 2007, que del lugar 33 nos llevó al 36, a causa de la escalada de violencia y corrupción en aquella temporada.

¿Por qué esta tragedia nacional? Acá la selección de indicadores y las recomendaciones, por parte del IMCO, que creemos que más te puede interesar. Es, de hecho, una serie de enfermedades y remedios.

Corrupción e inseguridad
La consolidación del Estado de derecho y el combate a la corrupción son misiones fundamentales para atraer y retener más talento e inversión en la economía nacional. Por medio de una reforma constitucional se creó el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y se aprobaron siete leyes secundarias para su aplicación, pero esto por sí solo no garantiza la disminución del problema.

Antídotos del IMCO
Continuar con la agenda anticorrupción: impulsar una segunda etapa de reformas para permitir que los órganos anticorrupción usen parte de las recuperaciones económicas para el desarrollo de sus propias capacidades. Designar a los titulares de las dependencias encargadas del combate a la corrupción: hoy no tenemos titular de la Procuraduría General de la República (PGR), ni Fiscal Anticorrupción, y no podemos esperar un combate real en contra de la corrupción sin las personas encargadas de llevarlo a cabo.

Ineficiencias gubernamentales
En México la norma es perder tiempo y dinero para realizar trámites de gobierno. Pero otro mundo es posible, aunque luzca tan lejano como… la India, donde 90 por ciento de los ciudadanos puede autenticarse en bancos y oficinas de gobierno con un número de identificación y un escaneo de sus iris o huellas digitales. Por lo demás, tecnología avanzada equivale a ahorro energético.

Antídotos del IMCO
Construir un sistema de identificación biométrica: hay demasiados ejemplos internacionales como para creer que es ciencia ficción.
Hacer más eficiente al sector eléctrico: una buena política de inversión es indispensable para ajustarse al cambio en el sector energético. ¡Encarrilarse al tren de las energías renovables!

Crisis en el sistema de pensiones
Dado el envejecimiento de la población, el sistema de pensiones requerirá un mejor diseño, porque el gasto pensionario se concentra en estratos de asalariados medios y altos. ¡60 por ciento de la población no tiene cobertura! A futuro el presupuesto podría verse afectado y la inversión en infraestructura también.

Antídoto del IMCO
Reforma profunda: construir un pacto político para una reforma estructural de la seguridad social, que universalice los beneficios, corrija las insuficiencias y ponga límites a los déficits pensionarios.

Informalidad
El Impuesto Sobre la Renta (ISR) impone altas tasas a individuos con ganancias pequeñas, lo que dificulta la recaudación y desincentiva la pertenencia a la formalidad en el sector de menores ingresos. La informalidad compite con el comercio formal en condiciones desiguales, porque no paga impuestos y fomenta el contrabando.

Antídoto del IMCO
Cero ISR para asalariados que ganan menos de 10,298 pesos mensuales: reducir las tasas impositivas del ISR permitiría reducir los costos de formalización de los trabajadores más pobres.

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