La estrategia ilegal de jugadores de la liga mexicana de futbol para evadir impuestos
No es rumor: los jugadores de la liga mexicana de futbol no están reportando todos sus ingresos ante el SAT.
Los futbolistas y las evasiones de impuestos son como la catsup y las papas a la francesa: siempre van juntos. Recordemos a Maradona, acusado en Italia por la evasión de 30 millones de euros, a Lionel Messi y su sentencia a 21 meses de prisión en España, por un fraude fiscal de 4.1 millones de euros; o a Neymar y su multa de 52 millones de dólares por fraude fiscal, entre otros.
Ahora le tocó a los jugadores de la liga mexicana de futbol, a quienes el SAT está investigando por tener dobles contratos. Todo empezó luego de que Fidel Kuri, dueño del equipo Tiburones Rojos de Veracruz, apareció en una entrevista, en la que confesó que su ex director técnico, Guillermo Vázquez, tenía un doble contrato, lo que podría constituir un delito fiscal. Al parecer estaba borracho… dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
¿Cómo se usan los dobles contratos para evadir impuestos?
Los dobles contratos se realizan para repartir la cantidad de sueldo que un jugador percibe en dos contratos distintos. En un contrato, avalado por el propio club y reportado ante la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) y el SAT, se representa una cantidad de sueldo para el jugador. Por medio de otro contrato, expedido por una empresa desconocida, se salda el resto de los ingresos por concepto de cesión de derechos de imagen. Sobra decir que la cantidad del primer contrato (la que es reportada ante las autoridades), es mucho menor a la segunda.
Como consecuencia de lo anterior, la autoridad podría tomar en consideración únicamente el primer contrato para calcular las retenciones de ISR y las cuotas de seguridad social.
En el caso del equipo Tiburones Rojos de Veracruz, se hizo público el contrato del jugador Sosthenes José Santos Salles, en el que se demostró que se había pactado un salario mensual de alrededor de 40 mil dólares. Sin embargo, el equipo dividía el 10% en contrato laboral, mismo que iba al registro ante la Femexfut, mientras que el otro 90% era saldado en un contrato de imagen con una empresa de la que no se tiene conocimiento.
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