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Usará SAT supercomputadora para combatir evasores fiscales

Coatlicue, la nueva supercomputadora pública de México, permitirá cruzar datos del SAT y aduanas para combatir la evasión fiscal y mejorar decisiones de gobierno



26 noviembre, 2025

El Gobierno federal presentó oficialmente el proyecto para construir Coatlicue, una supercomputadora pública que se perfila como pieza central en la estrategia tecnológica del país. Más allá de su papel en ciencia y clima, la Presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que uno de sus usos clave será combatir la evasión fiscal mediante el cruce masivo de información entre el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y las aduanas.

La apuesta es clara: aprovechar una capacidad de cómputo que hoy no existe para procesar, en segundos, datos que actualmente se manejan de forma fragmentada y hasta en papel, y que son indispensables para detectar operaciones irregulares en comercio exterior, importaciones y exportaciones.

Qué es Coatlicue y quién la operará

Coatlicue será una supercomputadora pública, es decir, una infraestructura de alto rendimiento operada por instituciones de gobierno y centros académicos, no por empresas privadas. Así lo destacó José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, quien subrayó que su objetivo es poner a disposición del Estado y de la comunidad científica una herramienta capaz de procesar millones de datos en cuestión de segundos.

Según el plan presentado, la supercomputadora:

  • Estará instalada en un plazo estimado de 24 meses.
  • Formará parte de un ecosistema ya existente de supercómputo distribuido en el país.
  • Se utilizará para resolver problemas públicos que requieren alta capacidad de procesamiento, desde temas fiscales hasta análisis de energía, clima o salud.

Rosaura Ruiz, Secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, puntualizó que Coatlicue funcionará como nodo principal del sistema nacional de supercómputo, enlazando equipos ya instalados en universidades y centros de investigación mediante conexiones de alta velocidad.

Cruce masivo de datos entre SAT y aduanas contra la evasión fiscal

Durante la presentación, la presidenta Sheinbaum fue directa al señalar uno de los usos prioritarios: el combate a los evasores fiscales a partir del cruce de datos del SAT con la información de aduanas.

Actualmente, buena parte de la información que manejan estas dependencias se encuentra separada y en muchos casos en papel. Cada autoridad procesa sus propios documentos y el cruce entre ambas bases de datos es lento, parcial y, en buena medida, manual. La nueva supercomputadora busca cambiar este escenario.

Con Coatlicue será posible, por ejemplo:

  • Concentrar en una misma infraestructura los datos de importadores y exportadores.
  • Cruzar en tiempo casi real pedimentos aduaneros, facturas electrónicas y declaraciones fiscales.
  • Detectar patrones de riesgo en operaciones de comercio exterior, valores declarados, volúmenes y frecuencia de movimientos.
  • Marcar automáticamente operaciones que ameriten revisión más profunda por posibles omisiones o simulaciones.

La Presidenta enfatizó que los datos personales seguirán resguardados, pero que el salto tecnológico permitirá dejar atrás esquemas basados en papeles físicos y registros aislados, para pasar a procesos automáticos y trazables que den mayor capacidad de reacción a la autoridad fiscal y aduanera.

Áreas donde Coatlicue tendrá impacto directo

Aunque la fiscalización y el combate a la evasión fiscal son un eje central, el Gobierno federal prevé un uso mucho más amplio de la supercomputadora. Entre los campos mencionados se encuentran clima, energía, movilidad, telecomunicaciones y salud, además de las tareas tributarias.

Área estratégica Ejemplos de uso de la supercomputadora
Fiscalización y aduanas Cruce de datos masivos entre SAT y aduanas, detección temprana de esquemas de evasión, análisis de cadenas de importación y exportación, identificación de operaciones atípicas o de alto riesgo.
Clima y medio ambiente Modelos climáticos de alta resolución, simulaciones de fenómenos extremos, análisis de impacto del cambio climático en regiones específicas.
Energía Optimización de redes eléctricas, proyecciones de demanda, integración de energías renovables, simulaciones de escenarios de consumo.
Movilidad y ciudades Modelos de tráfico, análisis de rutas de transporte público, planeación urbana basada en datos masivos.
Salud y ciencia de datos Análisis de grandes bases de datos clínicas, modelación de brotes epidemiológicos, investigación en temas biomédicos que requieren alto poder de cómputo.

El común denominador en todos estos ámbitos es la necesidad de procesar grandes volúmenes de información en tiempos muy reducidos, algo que rebasa la capacidad de los sistemas tradicionales de cómputo en la administración pública.

Un nodo central para el sistema nacional de supercómputo

El anuncio de Coatlicue no parte de cero. Como explicó la Secretaría de Ciencia, en México ya existen varios nodos de supercómputo distribuidos en instituciones académicas y centros de investigación. Sin embargo, muchos de ellos operan de forma aislada o con capacidades limitadas de interconexión.

La idea es que Coatlicue funcione como eje articulador de este sistema, ampliando la capacidad total disponible y permitiendo que distintos equipos se coordinen mediante enlaces de alta velocidad. Esto permitiría:

  • Compartir recursos de cómputo entre dependencias y centros de investigación.
  • Ejecutar proyectos que requieren más capacidad de la que puede ofrecer un solo nodo.
  • Aprovechar mejor las inversiones realizadas previamente en infraestructura tecnológica.

Al tratarse de una supercomputadora pública, el Gobierno también subraya la idea de soberanía tecnológica: que los grandes cálculos relacionados con problemas nacionales se resuelvan con infraestructura propia y no dependan de servicios externos o de nubes ubicadas en otros países.

Lo que viene para la fiscalización basada en datos

Con la instalación de Coatlicue en los próximos 24 meses, uno de los cambios más relevantes será la forma en que el Estado mexicano usa los datos que ya tiene. El SAT y las aduanas concentran hoy un volumen enorme de información, pero su aprovechamiento está limitado por la capacidad de procesamiento y por la falta de integración entre sistemas.

El proyecto plantea un salto hacia modelos de fiscalización y control aduanero basados en análisis masivo de datos, donde la detección de irregularidades no dependa solo de revisiones aleatorias o de expedientes en papel, sino de algoritmos que rastrean patrones complejos en millones de registros en cuestión de segundos.

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