Políticos del PRI podrían estar detrás del sospechoso caso de Tecnoradio
La empresa ya fue denunciada ante la PGR por el IFT, pero todavía hay muchos cabos sueltos.
Cuando Tecnoradio, una compañía que nadie conocía, fue la empresa que ganó más frecuencias en la última licitación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), muchos notaron que algo olía raro. La oferta monetaria que hizo Tecnoradio fue tal (288 millones de pesos) que elevó 3,400% el valor de referencia y dejó afuera a grupos radiofónicos tan importantes como Fórmula, ACIR y MVS Radio. Algo no cuadraba.
Desde hace meses, ya se mencionaba que el domicilio de Elí Eduardo Bañuelos, presidente de Tecnoradio, no correspondía al de un empresario capaz de pagar 288 millones de pesos en licitaciones. El origen de los recursos permaneció como una cuestión que ha originado no pocas suspicacias. Hasta el momento las autoridades no han ofrecido una respuesta que aclare el tema. Pero, como dice el dicho, si el río suena es porque agua lleva. El IFT descalificó a Tecnoradio, por lo que perdió las frecuencias cuya licitación había ganado, además de que deberá pagarle 41.8 millones de pesos al IFT por no haber proporcionado la información necesaria para comprobar la veracidad de sus documentos.
Fue en este punto que el Instituto presentó una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR), por haber falseado la información que presentó.
Según se ha revelado, Elí Eduardo Bañuelos es esposo de Viviana “la Vivis” Toscano, sobrina de Javier Pérez de Anda, dueño de Radiorama, y las tres hijas de Pérez de Anda (primas hermanas de la Vivis) son accionistas de estaciones de Radiorama. Esto es, existe un parentesco por afinidad y consanguinidad de tercer grado entre el presidente de Tecnoradio y accionistas de Radiorama. Esto de por sí ya incurre en una falta, pues el Instituto requiere que se le informe de parentescos de hasta cuarto grado.
Un móvil posible para el engaño es que el IFT ofrece un descuento del 15% en las licitaciones de los actores “nuevos entrantes” (un ahorro de alrededor de 40 millones de pesos). Con esto, Radiorama, gracias a los nexos entre Pérez de Anda y Bañuelos, podría haber creado un gigante radiofónico desde las tinieblas, con las estaciones cuya licitación había ganado Tecnoradio.
El caso podría implicar también a actores políticos de alto nivel. Según una versión no oficial, en esta operación Pérez de Anda era socio de algunos políticos del PRI en el Congreso. El diputado federal de Jalisco, José Noel Pérez de Alba, quien fue secretario de la comisión de comunicaciones de la Cámara de Diputados (que aprobó la reforma de telecomunicaciones), es sobrino de Pérez de Alba. ¿Conflicto de interés, dónde? Además, el presidente de Radiorama llamó a varios gobernadores, pidiéndoles que contrataran publicidad en las estaciones de Tecnoradio.
¿Las autoridades tendrán el compromiso y/o la capacidad para verdaderamente llegar al fondo del asunto?
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