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Por qué es necesario el coaching para empresas familiares

Nuestra columnista Viridia Pérez Frías te dice lo que debes hacer si el negocio de la familia pasará a la siguiente generación.




11 abril, 2017

Si tienes un negocio exitoso y tus hijos están creciendo, han mostrado interés en el negocio o a ti te gustaría que siguieran tu legado, hay varios puntos que necesitas considerar primero.

Contesta las siguientes preguntas
¿Para qué es bueno mi hijo? ¿Tiene realmente el interés de entrar en el negocio? ¿Cuenta con la experiencia necesaria para un puesto directivo? ¿Podríamos trabajar juntos sin dañar nuestra relación? ¿Qué necesita aprender para su puesto? ¿Qué necesitamos aprender para trabajar juntos?

Interés y aptitudes
Una me vez me contaron la historia de un empresario mexicano exitoso que mandó a sus hijos a Estados Unidos, a un curso, para saber cuáles eran sus fortalezas y así elegir al mejor candidato para ser el próximo CEO de la empresa. Los resultados fueron más o menos así: el hijo número 1 es bueno para ventas, entonces es mejor que ayude en ese rubro. El hijo número 2 es bueno para nada, es mejor que ni se acerque a la empresa. El hijo número 3 es el mejor candidato para ser el sucesor. Entonces, este hombre habló con sus hijos y todos estuvieron de acuerdo con los resultados. Al bueno para nada decidió darle su “domingo”, como si fuera un sueldo mensual, con tal de que no se metiera en el negocio. El resto de los hijos se dedicaron a hacer crecer el negocio y, al parecer, les funcionó la estrategia.

Hay dos lecciones muy importantes de esta historia. Dales a tus hijos el puesto para el que van a ser mejores y, si uno o todos tus hijos son “buenos para nada” o no tienen interés en estar dentro del negocio, es mejor que no se metan.

No todos los empresarios pueden mandar a sus hijos a Estados Unidos y mucho menos dar una mensualidad de la empresa para que se mantengan alejados. Pero sí puedes hacerles exámenes psicométricos y buscar talleres de desarrollo humano para que ellos conozcan sus fortalezas y tengan claro cómo desean aportar al negocio.

Pasos a seguir
Si tienes una empresa mediana y quieres que tus hijos la lleven a otro nivel, esto es lo que debes hacer.

1. Enséñales cómo funciona el negocio mínimo un año antes de que empiecen a trabajar y de que se gradúen. Incluye lo siguiente: cuál es el proceso, cuánto tarda cada proceso, cómo venden, los retos que hay que enfrentar, tu rutina diaria…

2. El mejor consejo que les puedo dar es que los hijos NO entren a trabajar al negocio sin antes tener –mínimo– un año de experiencia trabajando tiempo completo con la competencia.

Sí, en lugar de que cometa errores de principiante en el negocio familiar, que lo haga en otra empresa y que sepa lo que realmente es trabajar desde abajo sin ser familiar del dueño. Con esto no les digo que manden a un espía a la competencia, su hijo no está para que lo pongan en esa situación. De hecho, es de suma importancia que guarde la confidencialidad de la otra compañía por los siguientes motivo: querer copiar lo que alguien más hace nunca funciona; si buscas ser exitoso requieres innovar y enfocarte en lo que el cliente quiere y no en lo que la competencia hace, además de que puede implicar problemas legales serios. Que vaya genuinamente a aprender lo que es trabajar en un negocio como el suyo, siendo uno más.

Después de esto, tu hijo o hija estará listo para entrar a la empresa como hij@ del dueño. ¿Por qué creo que esto es súper importante? Sucede que cuando entras como el hijo del dueño a alguna empresa, los empleados sienten envidia e inseguridad. La mayoría de las veces van a querer dejar en claro que ellos saben más que tu hijo, que tienen más experiencia y que ellos son los indicados para estar en el puesto directivo y no tus hijos. Le van a querer “meter el pie” y, si no está preparado o desconoce cómo funciona la empresa, quedará en claro –a veces frente a tus clientes– que no es el mejor candidato. Eso es precisamente lo que debes evitar.

“Nada es personal”
Padre e hijos requieren tomar un curso de inteligencia emocional y leer al menos un libro de este tema. Debe quedar claro que en la empresa tú eres el jefe y en la casa eres la mamá o el papá. Si en la compañía se enojan o le llamas la atención, debes hacerlo como si le llamaras la atención a cualquier empleado; no puedes aprovecharte de que es tu hijo/a y hablarle más golpeado o con groserías. Tu hijo debe entender que si lo regañaste como el jefe que eres en la oficina, a la hora de estar en la casa juntos o en reuniones familiares, debe estar como si nada, pues quien lo regañó no fue su papá, fue su jefe y éste último se quedó en la oficina. Ahora le toca convivir con su papá y/o mamá.

Hablen de otros temas que no necesariamente tengan que ver con el trabajo. Evitar hablar de cuestiones laborales es casi imposible, sin embargo, traten de incluir diferentes temas y, si van a hablar de la empresa, hablen de las cosas positivas, eviten los problemas a la hora de la mesa.





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