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La movilidad sí es negocio

Qué empresas ganan con las nuevas medidas ambientales en el Valle de México y cómo lo hacen.




19 octubre, 2016

La mente de los innovadores no para a la hora de proponer soluciones para los temas de mejoramiento de la movilidad y calidad del aire. Tan sólo en la Ciudad de México hoy se encuentran una serie de negocios que buscan atender este grave problema. ¿Qué han hecho para aprovechar las oportunidades veladas en el cambio de reglas para moverse en la megalópolis?

De acuerdo con el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), organismo internacional e independiente, entre congestionamientos, ruido y accidentes, los automóviles le cuestan a México 4% del Producto Interno Bruto (PIB), unos 173,000 millones de pesos anuales. Claramente las políticas públicas y medidas ambientales también buscan reducir este costo, además de disminuir las emisiones contaminantes a la atmósfera.

Según los Servicios de Movilidad de IBM, la Ciudad de México es la que tiene el peor problemática de tráfico del mundo. Los consultores tecnológicos realizaron un estudio en el que se establece que durante los últimos 50 años la velocidad promedio se redujo a tan sólo 20 km/h en las horas pico.

De acuerdo con datos de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, los vehículos contribuyen con aproximadamente el 85% de las emisiones de gases y partículas contaminantes de la atmósfera de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

Aunque se han introducido nuevas tecnologías anticontaminantes en los vehículos y en las actividades industriales, el problema de contaminación muestra solamente avances marginales en la reducción de la contaminación del aire. Así, las medidas obviamente favorecen a las alternativas “verdes” como quienes promocionan los autos compartidos, o bien, los eléctricos (que pueden circular todos los días). Es un mercado que naturalmente ha crecido.

Dos ruedas motorizadas

En este contexto nació Econduce, el primer sistema de préstamo de scooters eléctricos en México. Uno de sus fundadores, Eduardo Porta, asegura que la propuesta de movilidad sustentable que desarrollaron surgió ante la necesidad de resolver algunas problemáticas ambientales a través de un modelo de negocio que tuviera enfoques de economía compartida, visión sustentable y cambios de trasfondo. No pretenden cambiar las condiciones de la congestión vehicular, pero aportar con su sistema.

“Mi socio y yo regresamos de estudiar una maestría en sustentabilidad en Londres; encontramos que la congestión en la ciudad se había acervado más pronto de lo que se creía.” Eso los animó a emprender este negocio.

Tres años fue el tiempo que invirtieron para desarrollar el modelo que tiene más un año de operación en la Ciudad de México y que cuenta con 1,500 usuarios registrados, 30 estaciones en las colonias Condesa, Hipódromo, Roma y  Juárez. Brindan servicio con 150 scooters eléctricos o motocicletas eléctricas en toda su plataforma.

Como todo emprendedor, dice, “nos enfrentamos a la falta de acceso de financiamiento y la falta de servicios especializados. A pesar de ser una ciudad avanzada, nos topamos con la dificultad de no contar con un buen servicio de internet para la geolocalización de las estaciones y los scooters.” En este caso, su modelo de negocio está blindado desde su origen a las medidas extraordinarias ambientales. El hecho que sus vehículos sean eléctricos les da una ventaja que están aprovechando.

La zanahoria siempre al frente

Como en aquel ejemplo, compartir auto es una de las tendencias más populares en el mejoramiento de la movilidad en el mundo. Deloitte publicó el estudio “El Futuro de la Movilidad”, el cual apunta hacia un futuro de vehículos compartidos y viajes 70% más económicos.

Ya no se trata sólo de una tendencia de moda. Ahora tiene un peso específico “lo ecológico”. Principalmente las personas de entre 25 a 40 años suelen elegir medios de transportes más amigables con el medio ambiente. De acuerdo con Jimena Pardo, fundadora de Carrot, el primer programa de autos compartidos en México, los negocios que ofrecen transporte sustentable son muy rentables, además de innovadores.

Con una inversión de 2 millones de dólares, Jimena Pardo y Diego Solórzano fundaron el proyecto que desde hace cuatro años ha presentado un incremento sostenido y hoy cuenta con una flotilla de 100 autos y 5,000 usuarios frecuentes. Son estos autos, no los que tiene uno estacionado en su cochera, los que se comparten más eficientemente.

“Hemos logrado un negocio rentable y de alto impacto que ha creado una comunidad consciente sobre la necesidad de movilizarnos de otra forma”, asegura Jimena Pardo.

De acuerdo con estadísticas de Carrot, el 20% de sus usuarios vendió su coche y hoy sólo usan Carrot cuando necesitan un auto; 40% de los usuarios afirma que ahora utiliza más transporte público y el 30% pospuso la compra de un vehículo al considerar que ya satisfacía sus necesidades utilizando este sistema de autos compartidos.

“Logramos cumplir nuestra meta principal: que por cada auto compartido se eliminen de 15 a 20 autos en circulación”, asegura Jimena Pardo, quien adelanta que la siguiente etapa de Carrot es contar con una aplicación para la disposición inmediata de un auto (ya no tendría que cargar siempre con su tarjeta asignada).

Carrot ha llegado a un punto de equilibrio en su modelo de negocio y  tiene la capacidad de reinversión para su expansión. Sus proyecciones inmediatas es contar con 2,000 unidades en las ciudades de México, Guadalajara, Puebla, Monterrey y en una etapa más ambiciosa llevarlo a Bogotá, Colombia; Buenos Aires, Argentina y Santiago de Chile.

“Sin duda una de las principales barreras es el financiamiento y consolidar el modelo de negocio; también ha sido complicado el tratar de fomentar una movilidad distinta, sí en auto, pero en un modelo colaborativo.”

Uniones exitosas

En México, si bien Carrot impulsa compartir su propia flotilla de autos entre varios usuarios, otros emprendedores hacen uso de los autos que la gente ya tiene.

Esta práctica gana cada vez más adeptos y la exitosa alianza entre Aventones y BlaBlaCar, en tan sólo un año de operaciones, han significado que los usuarios de este sistema –que se utiliza a través de una aplicación en la que se publican “asientos para compartir auto”– sean de un millón de lugares y se haya recorrido más de 33 millones de kilómetros entre mil diferentes ciudades.

Además, los conductores han ahorrado en conjunto más de 15 millones de pesos, compartiendo los gastos de gasolina y caseta con sus compañeros de viaje, de acuerdo con Alberto Padilla, director general de BlaBlaCar en México. “La razón principal por la cual los mexicanos usan la plataforma es para ahorrar dinero”, señala Padilla, quien agregó que el impacto al medio ambiente al compartir el viaje con otras personas se han ahorrado alrededor de 3,377 toneladas de CO2  a través de BlaBlaCar.

De acuerdo con Alberto Padilla, han explotado la economía colaborativa, que consiste en el uso de plataformas digitales para intercambiar, prestar, alquilar o compartir el costo de bienes o servicios. El 30% de los usuarios de BlaBlaCar tiene más de 35 años y el 25%, menos de 24, lo que confirma que esta tendencia está para quedarse por varios años.

Desde la implementación del programa, la plataforma registró un incremento del 500% en la publicación de viajes recurrentes.

La última milla

En este sentido, Eduardo Alcántara, distribuidor en México de Segway, las ciudades que se han centrado en fomentar el uso del automóvil han cerrado el paso a nuevas tendencias que se desarrollan exitosamente en varias ciudades del mundo, como es el uso de transporte personal eléctrico.

“Llegamos con la intención de romper un paradigma de movilidad y de alternativas de negocios y de ecología; si bien en la ciudad ha promocionado intensivamente el uso de la bicicleta, en el tema de los transportes eléctricos no han sido ni siquiera considerado en leyes o reglamentos.”

Consciente de que Segway es un sistema de trasporte caro, entre 80,000 y 160,000 pesos por cada unidad, este tipo de unidades quiere resolver “la última milla” de viaje de las personas. Es decir, el recorrido desde el transporte colectivo o el auto a la puerta del trabajo o el hogar.

“Como emprendedores nos hemos acercado a distintas autoridades para promover programas especiales, pero aún con ello somos la minoría de la minoría”, comenta Eduardo Alcántara. Los modelos de negocios se abren paso ante distintas crisis ambientales que se viven en las grandes ciudades. Son viables y con futuro, y hoy representan una oportunidad viable de modelo de negocio. ¿Se tendrían que regular o al no hacerlo se están impulsando más? De cualquier modo, los tendremos por un buen tiempo, mientras haya plomo en nuestras venas.





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