El impuesto al carbono podría salvar el clima
La aplicación obligatoria de un gravamen a las emisiones de dióxido de carbono serviría para desincentivar la emisión de ese gas en la producción industrial, que genera un efecto invernadero y calentamiento global.
Uno de los modos más adecuados para combatir el calentamiento global es imponer un precio a la contaminación del anhídrido carbónico (o dióxido de carbono), según algunos líderes mundiales que participan en la Cumbre Internacional sobre el Clima (COP21), entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
COP21 es la forma abreviada del inglés para la vigésimo primera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que inició el 30 de noviembre y finalizará el 11 de diciembre, en París, Francia, con una participación aproximada de 40,000 personas de 195 países.
El impuesto sobre el carbono es un gravamen medioambiental que se cobra en proporción de las emisiones de dióxido de carbono que se generen, para limitar la emisión de ese gas contaminante, que atrapa el calor en la superficie del planeta, lo que genera el efecto invernadero y el calentamiento global.
Ya sea imponer un impuesto a dichas emisiones o aplicar un precio al carbono contribuirá a encauzar el capitalismo a un futuro en el que no se atrapen gases contaminantes en la atmósfera, dijeron líderes de México, Chile, Francia, Alemania, Canadá y Etiopía, además de otros titulares como el del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.
“Creo desde hace tiempo que el modo más elegante para impulsar la innovación y reducir las emisiones de carbono es ponerles precio”, afirmó Obama.
Las partes del acuerdo que se negocian para contrarrestar el cambio climático, agregó, deben ser de cumplimiento obligatorio.
La decisión sobre si el acuerdo debe ser de cumplimiento obligatorio es uno de los puntos de discrepancia en las negociaciones, que buscan hacer que los países reduzcan sus emisiones de gases.
El número de naciones, provincias, estados o ciudades que aplicaron precio al carbono se triplicaron el año pasado y asciende ahora a 40, incluso algunos estados de Estados Unidos, dijo el lunes el presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Young Kim.
“Sencillamente no podemos darnos el lujo de seguir contaminando el planeta al ritmo actual”, afirmó Kim. “Imponer precios al carbono es crítico para reducir las emisiones, preservar nuestro ambiente y proteger a los más vulnerables”.
Los economistas saben desde 1923 que “la economía sagaz aplica impuestos a lo malo y no a lo bueno”, comentó Andrew Steer, presidente del Instituto de Recursos Mundiales.
El economista comparó el gravamen con imponer impuestos a los cigarrillos para reducir el consumo.
Ante el impacto que puede generar el impuesto sobre los productos finales, el nuevo primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que el impuesto al carbono de Columbia Británica demuestra que dicha medida no es perjudicial para la economía.
“La energía barata y sucia no es barata para el planeta ni para la salud de nuestro pueblo”, afirmó la presidenta de Chile Michelle Bachelet en la cumbre de París.
“Cuando se incorporan impuestos a nuestras políticas climáticas podemos controlar las fuerzas del mercado que pueden conducir a cambios profundos en nuestras pautas de emisiones”, expuso.
Europa tiene precios al carbono, pero la clave para el futuro es que todas las naciones apliquen precios uniformes para que los intereses energéticos no pasen a otra nación en busca de combustibles sucios, afirmó la canciller alemana Angela Merkel.
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, afirmó que al carbono “debemos poner un precio oneroso para penalizarlo”. (Con información de BBC y de las agencias AP y AFP)
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