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INE y partidos: más presupuesto y menos credibilidad

En 2015 el INE gastó 1,136 millones de pesos por la elección, mientras que en el 2016 gastará 1,190 millones de pesos; pero este incremento no se refleja en una oferta electoral satisfactoria para los votantes ni en mayor rendición de cuentas.




20 noviembre, 2015

Los partidos políticos verán un incremento del 4.7% en sus presupuestos para 2016 respecto a 2015, que se repartirá en los trece estados en los cuales se realizarán elecciones el año entrante, según el dictamen del Presupuesto de Egresos de la Federación para el siguiente año.

Esto no significa una mejora en su desempeño, en los mecanismos de rendición de cuentas, o en la representatividad de éstos hacia el electorado, según el análisis del Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC).

En 2015, el presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE) fue de poco más de 19,000 millones de pesos, de los cuales los partidos políticos obtuvieron aproximadamente 5,000 millones de pesos. 

Para 2016 los partidos políticos se llevarán 4,000 millones de los 16,000 que el INE solicitó al Congreso de la Unión.

Según CIDAC, en un ejercicio de distribución de presupuesto por el número de elecciones locales por año, en 2015 el INE “gastó” 1,136 millones de pesos por elección, mientras que en 2016 este monto será de 1,190 millones de pesos.

El problema no se restringe a que el sistema de partidos es cada día más costoso para el erario sino a que a pesar de que en los pasados 15 años se destinaron 50,000 millones de pesos, esto no se traducen en una oferta electoral que cumpla con las expectativas de los votantes en términos de rendición de cuentas y representación de sus intereses. 

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) menos del 20% de los mexicanos confía en los partidos políticos, y según el Latinobarómetro 2015, 71% de los mexicanos evalúa mal el trabajo de los partidos políticos, y 67% no se siente identificado con ninguno. 

Además, casi la mitad de los mexicanos creen que su voto no mejora las cosas o hace una diferencia, lo que ha derivado en un escenario caracterizado por una seria crisis de credibilidad de los partidos que se ha reflejado –hasta cierto punto- en los resultados de las últimas elecciones: el éxito de las candidaturas independientes, de partidos nuevos como Movimiento de Regeneración Nacional, y el debate de la “utilidad” del voto nulo durante el periodo electoral.

A pesar de esto no existen mecanismos efectivos que permitan a la ciudadanía expresar la percepción negativa que se tiene de los partidos políticos. 

Por el contrario, debido a la reforma político-electoral de 2013 se impuso la homologación de la fórmula de financiamiento público local a los partidos políticos con la fórmula federal, lo cual ha implicado el aumento del presupuesto a partidos de manera significativa, casi en 50%, respecto al 2012.

Esta situación llevó a CIDAC a cuestionar ¿cómo es posible mejorar el funcionamiento de los partidos políticos en México desde una perspectiva de eficiencia presupuestal cuando la rendición de cuentas recae principalmente en la arena electoral?

En México el voto se ha vuelto el único mecanismo mediante el cual los ciudadanos pueden evaluar la gestión de sus gobiernos, y el financiamiento a partidos políticos depende casi totalmente de fuentes públicas. 

Este diseño tendría que incentivar la equidad, la transparencia, y la competencia efectiva entre los partidos, así como blindarlos de corrupción y financiamiento ilícito. 

Sin embargo, en la práctica se ha incentivado la disolución de responsabilidades y la ambigüedad de los vínculos de representación entre los ciudadanos y sus candidatos, por lo que es necesario plantearse soluciones que incorporen la rendición de cuentas efectiva hacia los partidos políticos fuera de la arena electoral. 

CIDAC considera que una opción es la vía de castigo presupuestal vinculando el voto nulo (que representa entre el 2 y 3% de la votación) con las asignaciones presupuestales de todos los partidos políticos.

De esta forma, la fórmula para asignar el presupuesto no se basaría en el padrón electoral, como pasa actualmente, sino en la participación y el sentido del voto del electorado. Si los votantes eligen “rechazar” la oferta partidista y privilegian el voto nulo, este porcentaje se debería ver reflejado en una reducción de presupuesto. 

El exdiputado Agustín Basave, hoy dirigente del Partido de la Revolución Democrática, presentó el pasado 27 de octubre una iniciativa de reforma al artículo 41 constitucional en la que propone incluir dentro de la fórmula para calcular el presupuesto de los partidos una disminución por el número total de “votos blancos” en la elección inmediata anterior.  

De aprobarse esta medida, es pertinente evaluar dos posibles escenarios: el positivo, que los partidos propongan agendas de política pública más competitivas y diferenciadas, ya que no sólo competirán con los demás partidos, sino contra los “votos nulos”, y el negativo en el que al ver disminuido su presupuesto, los partidos buscaran financiamiento por otras vías, lo que ya opera en la actualidad, como lo muestra el caso de José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, Guerrero quien actualmente se encuentra en prisión pero en su momento logró “comprar” su candidatura vía el PRD.

CIDAC recomienda desarrollar y consolidar más canales de participación ciudadana y mecanismos que contribuyan a garantizar un mejor desempeño de los partidos políticos.

De continuar la situación actual la democracia mexicana estaría estirando una “liga” que cada vez más desgastada debido a los escándalos de corrupción y la falta de vinculación entre los políticos y los ciudadanos.

 





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