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Insuficiente, impuesto a chatarra y refrescos, dice Alianza para la Salud Alimentaria

Organizaciones piden duplicar el tributo, en tanto que empresas aseguran que dicho cobro no ha servido para combatir la obesidad 




17 abril, 2015

México necesita aumentar el impuesto a bebidas azucaradas del 10 al 20%, aseguró la Alianza para la Salud Alimentaria (ASA) en su reporte Contra la obesidad y la diabetes: una estrategia secuestrada. Y los recursos que se generen por este impuesto deben utilizarse efectivamente en programas para reducir estos problemas de salud.

En el documento, la Alianza revisa la Estrategia nacional para la prevención y el control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes y encuentra problemas en diversos rubros, entre ellos el cobro del impuesto a bebidas azucaradas y alimentos de alta densidad calórica.

En 2014 entró en vigor un impuesto de 1 peso por litro en bebidas con base de agua que contienen azúcares añadidos y otro de 8% a alimentos no básicos con una densidad calórica igual o mayor a 275 kcal por cada 100 gr. Las bebidas lácteas saborizadas están exentas de la regulación, aun cuando tengan altas cantidades de azúcar.

La ASA considera que el impuesto tiene que ser lo suficientemente elevado como para detener al consumidor regular que tiene un fuerte hábito o adicción a estos productos: “Estudios realizados en México mostraron que a mayor impuesto -10 a 30%- mayor es el efecto en el consumo y por ende en la salud de la población”, asegura el reporte. Por lo tanto la Alianza sugiere que el impuesto a los refrescos aumente del 10% al 20%.

En México, el 14% de los adultos mayores de 20 años padecen de diabetes mellitus, y esta enfermedad mata a 87 mil personas cada año; uno de cada tres niños mexicanos nacidos en 2010 sufrirá diabetes en su vida; y uno de cada tres niños y siete de cada diez adultos tiene sobrepeso u obesidad.

Al aplicar el Impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS) a bebidas azucaradas y alimentos chatarras, la autoridad se comprometió a destinar lo recaudado al combate a la obesidad.

“Esta demanda la logramos incluir dentro del presupuesto de egresos del 2014 y del 2015. Lamentablemente no hemos visto un verdadero compromiso de parte del gobierno federal para utilizar estos recursos para el agua potable tal y como se estableció en la ley de ingresos”, comentó Luis Manuel Encarnación, de la organización ContraPESO, que forma parte de la ASA.

En México, el 14% de los adultos mayores de 20 años padecen de diabetes mellitus, y esta enfermedad mata a 87 mil personas cada año.La Alianza demanda que estos impuestos se utilicen para modificar el “ambiente obesigénico”, instalando bebederos en escuelas, espacios públicos y comunidades de bajos recursos, para disminuir el consumo del refresco y para enfrentar los altos costos que traen consigo las enfermedades relacionadas con la obesidad.

 

La industria rechaza impuestos y regulaciones

Para no perder ganancias, durante el primer año del impuesto a las bebidas azucaradas, Coca-Cola, que controla más del 70% del mercado, y otras empresas refresqueras, aplicaron estrategias comerciales como el incorporar nombres personales en los envases, introducir nuevos productos “verdes” y hacer presentaciones de 2 a 3 litros a precios más bajos que el agua embotellada, además de la entrega a domicilio.

Manuel Herrera Vega, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), declaró que para combatir el sobrepeso, la obesidad y la diabetes se requiere una estrategia integral que fomente un estilo de vida saludable y la recuperación de espacios públicos para que los niños y jóvenes puedan utilizar los parques, deportivos y plazas con seguridad “ y no condenar a ciertos alimentos o bebidas no alcohólicas como las causas directas de estas problemáticas".

Desde hace dos décadas han entrado a México una cantidad masiva de productos industrializados y hoy es uno de los 10 países con mayor consumo de estos, según reporta la Alianza.

Encarnación comentó que desde que están a discusión medidas como el impuesto en cuestión, la industria de estos alimentos “empezó a hablar sobre que no había evidencia científica que respaldara que las bebidas azucaradas estaban relacionadas con el sobrepeso” y denuncia que “es un argumento que siguen utilizando”, pues la medida les afecta económicamente.

La industria de los alimentos y bebidas no alcohólicas representa más del 12% del Producto Interno Bruto (PIB).

Por su parte, Manuel Herrera aseguró que este sector industrial ha sido “sumamente responsable con la seguridad alimentaria de los mexicanos y ha contribuido a mejorar la expectativa de vida de la población”, incluso “desarrollando opciones más saludables para el consumidor”.

Raúl Riquelme Cacho, presidente de la Comisión de Salud de Concamin, señaló que la industria en cuestión ha cumplido con las medidas impuestas por las autoridades, tales como el pago de impuesto del 8% a productos de alto valor calórico y el de 1 peso por litro a las bebidas azucaradas, la restricción de los horarios de publicidad infantil para más de 14 categorías de productos y el nuevo etiquetado nutrimental para alimentos y bebidas no alcohólicas pre envasadas.

Sin embargo, indicó Raúl Riquelme, esto “sólo han generado un impacto negativo directo en el bolsillo del consumidor, así como un riesgo para la viabilidad productiva de las empresas”.

 

Primeros resultados

En las escuelas primarias donde se instalaron fuentes de agua potable, niños y niñas aumentaron en 38% su consumo de agua en la escuela y el de bebidas azucaradas disminuyó un promedio de 437 ml después de tres meses, según el estudio Uso del mercadeo social para aumentar el consumo de agua en escolares de la Ciudad de México.

El reporte denuncia que sólo 1.36 mil mdp, de los 18 mil mdp recaudados por el impuesto a las bebidas azucaradas, fueron utilizados para la instalación de bebederos en escuelas públicas, mientras que el estudio “Valoración de impacto presupuestario” estima una inversión necesaria de más de 11 mil mdp divididos en tres años.

El director de ContraPESO comenta que los resultados de estas medidas no se verán en el corto plazo, pero que el Instituto Nacional de Salud Pública ya publicó unos resultados preliminares en los cuales se asegura que el impuesto logró disminuir en 10% el consumo de las bebidas azucaradas y ha aumentado el consumo de agua potable.





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