Empresas “limpias” que trabajan sucio

Las inversiones en energías renovables están aumentando, pero no todo es miel sobre hojuelas.

5 octubre, 2017

Un grupo de más de cien organizaciones de la sociedad civil presentó un informe en el que se documentaron 68 casos de abusos a los derechos humanos. Los proyectos de minería, construcción y energía -incluyendo hidroeléctricas y parques eólicos- fueron los que registraron más casos de abusos de este tipo.

El informe se presentó el año pasado con la llegada de un Grupo de Trabajo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que visitó México para evaluar lo que se hace ante las consecuencias negativas de las actividades empresariales.

El Grupo de Trabajo retomó seis casos emblemáticos y los presentó en junio, a través del Informe del Grupo de Trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas. Uno fue el proyecto de Eólica del Sur, en Oaxaca, donde pueblos indígenas consideraron que todo el proceso de consulta estuvo viciado.

“En 2014 y 2015, el gobierno hizo una serie de reuniones encabezadas por la Sener (Secretaría de Energía) a las que quiere llamar consulta”, asegura Bettina Cruz, integrante de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT).

Sin embargo, la defensora de derechos humanos dice que no reivindicaron las reuniones como consulta, porque no tuvieron los elementos necesarios para llamarse así: no fue previa, no fue libre, no fue informada.

Los pobladores interpusieron y obtuvieron un amparo -en el Juzgado Séptimo de Distrito-, pero el juez que otorgó la suspensión de los trabajos fue removido, y el que quedó en su lugar sobreselló el amparo y dijo que la consulta había sido previa, libre e informada.

Cruz Velázquez señala que no es la única lucha que han librado las comunidades en Oaxaca, pero sí la más visible. Además, afirma que el gobierno siempre está del lado de las empresas, reprimiendo y metiendo gente a la cárcel, y que se utiliza a sicarios de la delincuencia organizada para amedrentar a la gente que no está de acuerdo. Actualmente, dice, la obra está parada y esperan que la Suprema Corte atraiga el caso.

ACCIONA Energía, compañía que produce energías renovables y que tiene un complejo eólico en Oaxaca, asegura que cuida mucho la parte social para tener una buena aceptación en la sociedad.

“Nosotros no queremos llegar y decir aquí vamos a poner nuestro negocio, buscamos tener una muy buena aceptación de la sociedad, que la sociedad crezca junto con el parque eólico y que todos se vean beneficiados”, dijo Ángel Castro, de ACCIONA Energía.

Al participar en un foro realizado en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Castro Vázquez dijo que en Oaxaca realizaron talleres para involucrar a los pobladores, contrataron personal local en algunas áreas, e invirtieron, junto con la Universidad del Istmo, para el desarrollo de un pequeño generador, que están patentando y comercializando.

Juan Antonio López, del Proyecto de derechos económicos, sociales y culturales (Prodesc), que ha acompañado a los pobladores en el caso de Eólica del Sur, dice que se debe privilegiar el diálogo para evitar problemas con las comunidades.

El abogado explica que lo que se tiene que hacer es acercarse a la comunidad, ver sus costumbres, saber cuáles son sus autoridades representativas, sus condiciones, para llevar a cabo el diálogo y una consulta, en la que informen de manera entendible, no técnica.

Otro factor importante en la relación es respetar si las comunidades quieren o no. “Ese es un principio básico: consentimiento de la comunidad. Así van a tener mejor relación las empresas y el gobierno con las comunidades”, expresa.