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¿Cómo hacer dinero de la basura de unicel?

Nadie sabía qué hacer con el unicel que sólo contamina, hasta que llegaron estos innovadores mexicanos a convertirlo en pintura.




4 octubre, 2017

Sobre el unicel pesa el estigma de que es altamente contaminante para el ambiente y poco reutilizable. Aunque a últimas fechas se ha empleado en construcciones para amortiguar los sismos, es considerado un producto más dañino que benéfico, que tarda entre 150 y 500 años en degradarse.

Sin embargo, el negocio del reciclaje de unicel pinta bien para Inecolor, una pyme que inventó un proceso para reutilizar los desechos de este material como insumos en la fabricación de pinturas amigables con el ambiente (de ahí su nombre: la contracción de las palabras “innovaciones de color”). Este proceso elevó su facturación a cifras en millones de pesos, lo que le valió un espacio en un mercado valuado en 31,000 millones de pesos por año y disputado por cerca de 300 marcas de todos los tamaños en México.

Otra historia de innovación que comenzó en un garaje

Indecolor empezó su historia en un garaje que era más un centro de acopio. Experimentaban con desechos de materiales de poliestireno para crear productos de esmalte. Los experimentos fueron muchos y los resultados pocos, algunos inclusive tardaban hasta seis semanas sólo para  dar con productos muy pobres, pero en 2016 lograron la hazaña.

“Que nosotros mismos desarrollemos nuestro equipo y fórmulas surge de una necesidad”, platica Felipe Samario, director general de Indecolor. “Mi padre y hermano ya estaban metidos en el negocio del reciclaje de plásticos y allí había clientes que los condicionaban a comprar ciertos materiales, a cambio de que se llevaran todo el unicel. Llegó un momento en que la casa de mi hermano se convirtió en una bodega de unicel y no sabía qué hacer con él, y entonces empezamos a buscar diferentes oportunidades”.

Su innovación se dio a conocer en el interior del país, y aprovechó que el 50% de los que tienen intención de comprar sus productos termina haciéndolo. Entonces facturó 20 millones de pesos de entre todas las pinturas y esmaltes que elabora con distintas fórmulas a partir de materiales de desechos.

La compañía ahora está próxima a inaugurar la primera etapa de sus nuevas instalaciones en Ecatepec, con las que podrá expandir su capacidad de desarrollo y producción con 25 empleados. La meta será un stock de 300,000 litros fabricados por quincena, aunque por ahora la intención es producir, de aquí a diciembre, 100,000 litros de pintura con los desechos de unicel. Es decir, redoblar lo fabricado y vendido al consumidor final en 2016.

Cómo hacer dinero de la basura de unicel

“Con 75 kilos de unicel se llena una alberca olímpica, ¿y qué haces con todo eso?”,dice Samario. “La clave estaba en que la materia sólo se transforma y empezamos a desarrollar fórmulas sobre el poliestireno, que al final eso es lo que es el unicel, un material que es muy contaminante y que tiene ese estigma de que no se puede reutilizar”.

Indecolor ha logrado reconvertir los átomos del unicel en otros químicos. Para fabricar un litro de pintura se necesitan 400 gramos de unicel y el producto obtenido es ideal para maderas y paredes por la adherencia, brillo y durabilidad que ofrece su fórmula. El resto de los ingredientes son otros químicos y también agua, por ello es una pintura ecológica que tiene niveles contaminantes un 30% más abajo que las propuestas de las grandes marcas. Esta es una manera de reutilizar un material que tiene una mala imagen entre las personas -pese a que éstas se lo llevan a la boca al consumir cualquier tipo de alimentos y bebidas calientes.

La Asociación Nacional De Industrias del Plástico (Anipac) informa que menos del 1 por ciento del unicel que se utiliza termina siendo reciclado y su volumen es un factor que complica un nuevo uso: su transportación es ineficiente por la relación peso-volumen y enterrarlo en un relleno sanitario supone otro problema de salud.

Como negocio, el unicel también ha despertado poco interés. La Anipac cifra en ocho pesos la paga por cada kilo de unicel que se pepena en los vertederos, un pago más arriba que reciclar papel o cartón, pero más difícil de juntar o transportar, además que es un material más inflamable que otros.

“Para hallar soluciones hacen falta planes de eficiencia”, plantea como alternativa Felipe Samario. “Con ingenio mexicano hicimos algunas adaptaciones. Hoy vamos con una camioneta y mientras se va metiendo el unicel, una máquina lo va fundiendo; eso hace el negocio más costeable y más eficiente, pues a un camión al que le cabían sólo unos 20

kilos por el volumen, ahora le cabe más.  El problema es que a veces no hay unicel y entonces buscamos en fábricas, en casas, en centros de reciclaje…”.

Las cifras de fabricación y consumo de unicel varían entre quien las posea en México. La Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) estima que el país consume 149,000 toneladas de unicel por año; 15,000 de esas toneladas van al sector de la construcción y  a otros rubros de la industria. El consumo de unicel en la construcción y en la industria alimenticia es un termómetro de cómo anda la economía de México, pues el Inegi y la Anipac han llegado a estimar, por ejemplo, en 13,000 millones de vasos, platos, tazones y otros artículos desechables hechos de unicel que se usan para resguardar alimentos cada año a lo largo de la República.

Soluciones ante la escasez de basura de unicel

El fantasma del estigma del unicel también planea sobre Indecolor. Ante las demandas de las ciudades y gobiernos de frenar la venta de artículos de unicel, ahora ha tenido que volver a sus orígenes y desarrollar nuevas fórmulas partiendo de los desechos de otros plásticos.

“Ya tenemos escasez de unicel; por un lado, porque no existe una manera correcta de desecharlo o resguardarlo y por esa mala imagen que tiene. Ahora mismo, se nos está haciendo un verdadero problema conseguirlo”, dice el empresario.

Otr vez, las situaciones de presión ponen a Indecolor en la sala de los desarrollos, pero a base de residuos de hule de llantas o PET. La marca afirma por estos días otras fórmulas para llevar su producto al rubro de las “pinturas de tráfico”, para banquetas, camellones y asfalto. “Si la regulación cambia, tenemos otras alternativas; no estamos casados con un solo material.  Encontramos ya el acabado óptimo y creemos que para diciembre podremos estar listos con este otro producto”, dice Felipe Samario. Para que esa perspectiva se concrete se requiere de una fórmula cuya pintura resista al clima y al paso de personas y vehículos; que se mantenga estática.

La compañía está en busca de socios de negocio que vendan su pintura sin convertirse netamente en su franquicia (20 grandes ferreterías distribuyen sus productos en la Ciudad de México), pero descarta por ahora adherirse a una multinacional como una división de pinturas ecológicas. “Pero las propuestas siempre serán escuchadas”, dice Samario. “Estamos abiertos a acuerdos comerciales. Pero siempre que no cambie la esencia del proceso; que sea una empresa con conciencia social. Si nos ofrecen un trato en serio, por supuesto que estaríamos abiertos a potencializar esa propuesta”.

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