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La lección que deja el fracaso de la startup Plastc

Nuestro columnista analiza por qué esta empresa se fue a la quiebra y lo que podemos aprender.




2 mayo, 2017

El 20 de abril de 2017, la startup Plastc entró en bancarrota después de un proceso en el cual, según informaron en su sitio, no pudieron obtener fondeo derivado de la colocación de sus series A por $3.5 millones de dólares, y de una inversión propuesta de $6 millones por parte de un inversionista que decidió no invertir de última hora.

Plastc tenía una idea muy buena en la mesa. Diseñó y produjo una tarjeta digital en la cual los usuarios podrían almacenar los números de todas las tarjetas de crédito que hoy tienen. De esta manera, al momento de realizar una compra solo tendrías que seleccionar en la tarjeta Plastc, por medio de un display ultra delgado, el número de la tarjeta a la cual se cargaría la compra y posteriormente deslizarla en la terminal.

Tal vez sea un tema de inversión o un tema tecnológico. Esta compañía nació cuando todavía se usaba banda magnética; el proceso de copia de datos de una tarjeta de crédito normal a esta tarjeta era muy simple. Uno deslizaba la tarjeta en un lector de banda magnética como los que se usan hoy día en los smartphones, para poder hacer cobros y, por medio de una app en el teléfono, se mandaba la información a la tarjeta Plastc. Ahí se almacenaban los números de las tarjetas que uno tenía.

Sin embargo, a principios de este año la industria de tarjetas de crédito decidió migrar al chip y este pudo ser el problema principal por el cual esta startup no pudo seguir adelante. Copiar un número en una banda magnética no representa ningún reto, pero copiar un número de un chip a otro chip podría comprometer los controles que existen o que se intentan aplicar al momento de hacer transacciones con tarjetas de crédito para evitar los fraudes. De este modo, esta multitarjeta pudo haber encontrado el fin por causas muy lejanas a la visión de sus fundadores y a las cuales podemos llamar “un movimiento en la industria”.

Moraleja, si vas a invertir en una startup tecnológica, debes tomar en cuenta que la visión de sus fundadores vaya más allá del producto que tienen hoy día, con un roadmap que ofrezca una visión de muchos años, igual o superior a los presupuestos fantasiosos que pudieran prometer como platillo suculento de ganancias.

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