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Las 6 maneras de conformar equipos y colectivos creativos

Si ser creativo en lo individual tiene sus retos, serlo en equipo es un poquito más complejo; sin embargo, es la mejor manera de lograr las mejores ideas.



Equipos creativos
(Imagen: Shutterstock)
15 julio, 2019


La creatividad suele perfilarse, en el imaginario popular, hacia lo individual y no hacia los colectivos. Lo normal es leer la novela de un autor, ver la película que dirige un director y escuchar la sinfonía de un compositor. Más aún: esa sinfonía la imaginamos impensable con dos directores de orquesta. 
Incluso cuando hay duplas creativas, la norma es que la autoría no sea simétrica. Pensemos en ese dúo milagroso que se llamó Lennon & McCartney. Los aficionados a los Beatles saben que si bien hay canciones donde la creación estuvo a partes iguales, o nadie recuerda si el autor fue John Lennon o Paul McCartney, la norma es que una canción pertenezca en su totalidad, o casi, a uno o a otro, con algunas aportaciones aisladas del compañero.
Como aficionados a la creatividad nos gusta, además, creer en el mito del genio. Es muy conveniente: es una narrativa heroica esa del gran capitán que gana la batalla dirigiendo a sus ejércitos (que terminan por ser los pobres soldados anónimos que pueden perder la vida en una batalla que ni siquiera es la suya).
Lo cierto es que, pese a la narrativa simplista, heroica, que la imaginación popular prefiere para entender la historia de la inventiva humana, la norma a la hora de la creatividad es alguna de las muchas formas de creación colectiva.
Estas formas de la creatividad colectiva se pueden entender por la configuración de la red de personas que participan en ella, como veremos enseguida.

1. La lineal jerárquica

Es la más básica de todas. Su jerarquía no obedece tanto al rango de las personas que participan sino al orden jerárquico o cronológico del proceso. Puede o no haber comunicación entre los participantes. El movimiento surrealista hizo famoso un juego creativo de esta índole: el cadáver exquisito. En él, cada participante añade a un dibujo o un poema lo que surja de su inspiración a partir de la última palabra que dejó el participante anterior o de las líneas del trazo que alcanza ver. El resultado es siempre absurdo (o “surrealista”, vamos) pero puede llegar a ser fascinante. Mientras más información se transmita de una persona a la siguiente, se puede encauzar de mejor manera la aportación en las participaciones sucesivas.

2. La red circular

Esta puede representarse con el dibujo de una circunferencia. Cada punto que la conforma aporta hacia el siguiente, de la misma manera que la lineal jerárquica, excepto que no hay un punto de término, pues una vez completado el ciclo, este continúa en un proceso de creación que no tiene término definido. Este tipo de redes es idóneo para los procesos de perfeccionamiento y actualización permanente.
Cuando esta red tiene un centro, cada participante aporta no hacia una parte del proceso, sino a su fundamento, a su eje. Las juntas de “lluvias de ideas” o “brainstorming” deberían de tener esta configuración, sin embargo, casi siempre terminan por ser pirámides ascendentes (ver en seguida), en la que todos le aportan al de mayor jerarquía, que es el que decide.

3. La red piramidal

Hay de dos tipos: la ascendente y la descendente. En la ascendente, los distintos escalones de la pirámide aportan a un mismo fin, mismo que es dictado por la cúspide de la pirámide. Las orquestas y los proyectos fílmicos normalmente tienen esta configuración, en la que cada parte participa e interpreta la visión del creador de más alto rango, o director.
En la red piramidal descendente la creación o innovación de un solo individuo o equipo se ramifica expansivamente de manera casi siempre insospechada. El avance científico suele seguir este tipo de ruta: de la innovación de una persona se derivan ramificaciones diversas que a su vez se ramifican en nuevos caminos.

4. La red uniforme

Esta es una retícula ideal en lo geométrico, en la que las partes tienen funciones específicas e interdependientes. Un corporativo funciona así en sus niveles medios. El problema y la virtud de estas redes es, justamente, su cuadratura: con tareas asignadas y líneas de reporte precisas, la información y la innovación no se fomenta, pues toda la configuración es predecible. Por otro lado, son enormemente eficientes en la consecución de tareas rutinarias.

5. La red neuronal

Esta es la red más poderosa (y curiosamente, la más natural de todas), y se define por su plasticidad: cada nodo o punto de la red puede establecer tantos contactos como pueda para la consecución de la tarea que le es encomendada. La vida humana es así: tú estableces contactos y los usas cuando te funcionan y cuando no, no. Algunos los irás usando más que otros. El inconveniente y a la vez la virtud de esta configuración es su impredictibilidad por la enorme cantidad de variables involucradas: en todo momento está al borde del caos absoluto y perder su objetivo. Sobra decir que esta red es complejísima y requiere de un sentido darwiniano de eliminación de las conexiones o ideas que no funcionan, y dejar prevalecer a las que mejor cristalizan. Implica prueba, error y desechamiento de lo que no hace sentido. En este tipo de red, la suerte, el azar, juegan papeles preponderantes (a veces para bien, a veces para mal).  Por otro lado, es una red que permite el aprendizaje continuo. Más allá de sus trucos narrativos, el método de perfeccionamiento del guión de las películas de Pixar, por ejemplo, sigue este camino de red neuronal que puede parecer caótico, anti-jerárquico porque involucra a quien sea, incluso frustrante, pero que al final entrega resultados maravillosos.

6. La red polarizada

Es la que se establece en la dinámica de dos o más redes contrapuestas. En una versión positiva, tenemos un partido de futbol: cada equipo es una red abierta o neuronal por sí misma, que establece conexiones en la medida en que puede avanzar por la cancha. Sin embargo, debe de hacerlo en oposición al otro equipo, que tiene exactamente el mismo objetivo. En una versión negativa, son redes que juegan sólo para obstaculizarse entre sí, sin buscar un avance en sí mismo. El estado actual de la vida política global, pero sobre todo mexicana, es un escenario negativo de redes polarizadas que buscan el descrédito y el exterminio de la otra, sin posibilidad de diálogo, de crecimiento, de futbol, pues.
 
Para redondear esta idea, sigue leyendo Cómo autosabotear tu éxito.


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Felipe Soto Viterbo (Twitter: @felpas) es novelista, editor, consultor narrativo para Vixin Media y director de Etla, despacho de narrativa estratégica.





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Felipe Soto Viterbo

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