Esta es la startup que desarrolla un vehículo volador para Toyota
¿Será que la compañía japonesa le entrará a la competencia por dominar las “calles aéreas”?
La inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 promete ser el espectáculo más sorprendente en la historia de las olimpiadas. Japón atraviesa por un buen momento económico en el que la oferta laboral es cuantiosa y hay recursos financieros.
En México, la venta de autos en 2017 ha estado algo floja, pero no para las compañías japonesas como Honda, KIA y la propia Toyota. Si bien varias empresas automotrices y de tecnología se han sumado a la carrera por crear autos voladores, lo visto hasta ahora remite a la ciencia ficción.
Uber parece tener el proyecto más viable, pero sus problemas recientes hacen dudar si logrará concretarlo. Una de las filiales de Alphabet (a la que pertenece Google) trabaja seriamente en un vehículo que verá la luz este año, pero su uso se limitará para usarse en lagos (léase Valle de Bravo).
Ahora toca turno a Toyota. El fin de semana pasado realizaron una prueba con un vehículo prototipo que es desarrollado por Cartivator. Se trata de un grupo de jóvenes nipones que trabajan en las industrias automatiza y aeronáutica que formaron esta startp para “conectar los sueños a la siguiente generación a través de la movilidad”.
De acuerdo con CNBC, Toyota ha invertido (de manera no oficial) 386 mil dólares (una bicoca, en realidad) para que Cartivator desarrolle un vehículo volador que será el encargado de encender la flama olímpica en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La empresa japonesa aseguró que invierten en el desarrollo de nuevas formas de transporte que incluyen las aéreas.
El prototipo de Cartivator –que se planea estrenar en la inauguración de los Juegos Olímpicos– se llama “Skydrive”. Los socios de esta startup creen en un futuro, allá por el año 2050, en el que los autos voladores se conviertan en un medio de transporte cotidiano que no requiera de infraestructura.
Para ello se requiere, según ellos, de un vehículo compacto con despegue y aterrizaje de modo vertical, que haga poco ruido y que permita admirar el paisaje (si la contaminación lo permite). Un sueño radical que requiere de soluciones radicales.
Suscríbete a El Fiscoanalista (novedades y jurisprudencias en materia fiscal y laboral) y a nuestro canal de YouTube.