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Cómo la astronomía y la gastronomía hacen buen maridaje para explicar el Universo

Un científico explica conceptos profundos del Universo por medio de delicias culinarias.




25 abril, 2017

Mirar las estrellas y no entender nada o muy poco de lo que sucede en el espacio… Mirar las constelaciones con una copa vino y hasta un pedazo de pizza. Pero ¿y si mejor tratamos de entender el Universo con metáforas culinarias? 

Roberto Trotta es un astrofísico del Imperial College London y autor del libro The Edge of the Sky. Se trata de un texto sobre el Universo que logra explicarlo sin siquiera usar ésta palabra. Lo que Trotta intenta es que la gente alejada de la astrofísica entienda y se maraville con lo que hay al infinito y más allá, diría Buzz Lightyear.

En su artículo para Scientific American, “Where Astronomy and Gastronomy Meet”, Roberto se pregunta cómo lograr que los conceptos más difíciles en la física moderna, sean “divertidos y accesibles para todos”. Y para lograrlo eligió algo que nos incumbe a todos: la comida. 

Sin necesidad de tener una estrella Michelin, Roberto Trotta usó una focaccia para explicar la expansión del Universo. En colaboración con los chefs Jozef Youssef y Stefano de Costanzo, del sitio experimental londinense Kitchen Theory, crearon el proyecto G-Astronomy. Su creencia es que los estímulos visuales no son los únicos para hacer entender el Universo.

Mediante una técnica culinaria conocida como “esferización” lograron que unas cápsulas líquidas hicieran las veces de planetas. Crearon también un martini que nombraron “13.796”, que es la supuesta edad del Universo en miles de millones de años. 

La copa martinera simboliza la expansión del Universo (imaginarlo tal vez requiere de dos que tres de estos cocteles). Cada capa de ingredientes –que no se mezclan– explica un concepto. Una primera capa de mango ahumado con chips de una barrica de whisky ilustran el Universo cuando era plasma. Un Malibú gelatinoso hace las veces del Universo cuando éste comenzó a hacerse “transparente”. La primera capa (la creación de las galaxias) es agua de coco y vainas de vainilla.

Los chocolates de distintos colores también han sido parte de sus experimentos, como utilizarlos simular cometas. Otro experimento particularmente especial fue el que realizaron para un grupo de ciegos en el Royal National Institute of Blind People en marzo pasado. Se trató de sentir y saborear la evolución del Universo, del Big Bang a la creación de galaxias, mediante impresiones en 3D.

G-Astronomy se trata, como dice el astrofísico Roberto Trotta, de “usar todos los sentidos para comunicar de mejor manera ideas complejas de astronomía”. Un reto que puede usarse no sólo para la astrofísica, sino para cualquier servicio o producto que desee comunicar lo que lo diferencia de manera innovadora. Y si hay martinis de por medio, qué mejor.

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