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Por qué recompensar con comida gratis a tus empleados es rentable

De acuerdo a algunas encuestas, invitarle la comida a tus empleados podría traerte grandes beneficios.




21 febrero, 2017

Un equipo de trabajo comprometido es más proactivo y productivo. ¿Pero, cómo lograr esto? Hay algunas estrategias cuya iniciativa recae en los gerentes: dedicar tiempo a reuniones uno a uno con los empleados, ofrecerles retroalimentación constante sobre su desempeño e incitarlos a ofrecer su opinión de cuando en cuando, sirve para mostrarles que su labor es importante y, en última instancia, hacer que se comprometan más.

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Según encuestas de Peapod, Seamless y EAT Club, empresas dedicadas a la distribución de comida, dar comida gratis a tus empleados puede tener beneficios importantes en este aspecto. Según la encuesta de Peapod, realizada a 1,000 oficinistas, el 67% de los trabajadores que tienen comida gratis en la oficina reportan estar extremadamente o muy felices en su trabajo, contra el 56% de quienes no tienen comida en la oficina. El 48% incluso mencionó que consideraría la disponibilidad de comida al aceptar o rechazar una oferta de trabajo.

En la encuesta que Seamless aplicó a 1,200 empleados, 60% respondió que los haría sentir más valorados. Más de la mitad que influiría fuertemente su decisión de aceptar una oferta de trabajo y 60% que los motivaría a convivir más con sus colegas. Un tercio dijo que, de haber comida de por medio, los motivaría a asistir a reuniones opcionales. 

Por su parte, EAT Club dijo que implementar este tipo de políticas podría tener un retorno de inversión de 150%, 54% estaría más dispuesto a permanecer en la compañìa, 70% estaría más dispuesto a recomendar la empresa como un buen lugar para trabajar y 60% estarìa más feliz.

El economista conductual Dan Ariely hizo un estudio con cuatro grupos de oficinistas. A uno se le prometió que si tenía una semana de trabajo productiva, se le daría un bono de dinero (30 dólares), a otro se le prometió un cupón válido por una pizza, a otro se le prometió una felicitación de su jefe y al cuarto, como grupo de control, no se le prometió nada. El grupo al que se le prometió pizza, fue 6.7% más productivo que el grupo de control, sorprendentemente, el grupo al que sólo se le prometió un mensaje de felicitación del jefe fue 6.6% más productivo que el grupo de control, mientras que quienes recibirían dinero sólo lo fueron 4.9%. Además, este grupo, durante la siguiente semana, tuvo un bajón de productividad del 6.5%.

Como dice el refrán, el camino al corazón de un hombre (o mujer), es por el estómago.





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