El negociazo de ser nominado a un Oscar (y ganarlo)
Ganar un Oscar es un punto de inflexión en la carrera de cualquier actor.
Cada año, cinco de los rostros más reconocibles y mejor parecidos de Hollywood, esperan con sonrisas fingidas a que el anfitrión abra el sobre dorado que contiene el nombre del ganador a la categoría de Mejor actor. Esperan impacientes, como tensas imágenes en marquesinas luminosas, a que el presentador agote su repertorio de chistes y anécdotas que a nadie importan. Al menos no a ellos, ciertamente.
El momento crucial llega y todos los reflectores, todas las cámaras, cientos de miles de pares de ojos se posan sobre ellos. El presentador abre el sobre, los nominados hacen su mejor esfuerzo para que la sonrisa falsa no se les deforme en una mueca grotesca. “El ganador de la categoría de Mejor actor es…” Todos los asistentes, incluso los cuatro perdedores, explotan en aplausos, aunque en el fondo, más bien en la boca, de puro coraje rechinen los dientes de la sonrisa forzada.
Durante los siguientes años, los actores ganadores pueden llegar a ganar hasta 3.9 millones de dólares más. La situación de las actrices ganadoras no es tan prometedora (aunque tampoco es despreciable), el incremento en sus ganancias luego de recibir el Oscar es de 500 mil dólares. En el caso de los hombres, el incremento es de 81%. “Claramente, ganar un premio de la Academia envía a los productores y distribuidores el mensaje de que el actor vale un mayor salario”, dice Kevin Sweeney en su investigación “Academy Award Signaling and Gender Bias in Hollywood”.
Otro de los resultados de la investigación de Sweeney es que, en promedio, las actrices ganan más que los actores antes de ganar el Óscar. Sin embargo, en promedio ganan menos después de obtenerlo. Esto, dice Sweeney, puede deberse a la edad en la que, respectivamente, obtienen el reconocimiento. En promedio, los hombres obtienen el Oscar a los 44.7 años, mientras las mujeres a los 36.8. Y, como en las mujeres se tiene en mayor estima la apariencia y la juventud, ganan más que los hombres al principio. Por el otro lado, que los hombres ganen más después, especula Sweeney, puede deberse a que el atractivo físico de las mujeres disminuya y el prestigio de los hombres aumente, lo que mostraría una tendencia sexista en Hollywood y la industria cinematográfica.
Jennifer Lawrence, cuando en 2012 recibió el protagónico de la primera parte de la saga The Hunger Games, ganó 500 mil dólares por el papel. Luego de ganar el Óscar en 2013 por Silver Linings Playbook, recibió 10 millones por el protagónico de la secuela. Eddie Redmayne, quien ganó el Óscar en 2015 por su interpretación del físico inglés Stephen Hawking en The Theory of Everything, ganó 250 mil dólares por esta película. En su siguiente película, The Danish Girl (por la que también fue nominado), ganó 350 mil dólares.
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